miércoles, 13 de julio de 2011

Ella se peina


Va de la raíz a la punta desenredándose la memoria.
El tiempo le ha crecido en la melena.
El peine agita los nudos y abre laberintos ondulados, mellas agridulces, rastros de tijera, íntimos calendarios.
Se acaricia el cabello y se pregunta si algún tramo guarda el recuerdo de los dedos de su madre, el vértice de alguna caricia o la palma de su padre coronando su cabeza de nena definitiva.
Qué queda del mechón en su nuca donde él trazaba resortes con el dedo índice.
La vida que le cae hasta los hombros la va dejando calva de nombres y vivencias y sin embargo, se arremolina en los olvidos pendientes que ha cortado y recortado sin disimulo.
Ella se peina intuitivamente, no necesita espejo para mirarse el alma.
Y se recoge las canas en un rodete tieso y disciplinado aunque ampare una nostalgia antojadiza y despeinada.

3 comentarios:

  1. Que relato excelente, me has hecho pasar la vida de la protagonista delante de mis ojos y sentir cada uno de sus momentos.
    Felicitaciones!!! Gracias por compartirlo.
    Cariños

    P:D:(Seria posible me lo prestes para llevarlo a mi blog? siempre citando autor y fuente por supuesto.

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  2. "No necesita espejos para mirarse el alma". Me has impresionado. Muy bueno. Un abrazo

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  3. Hola Claudia!
    Me encantaron los lazos que fuiste creando entre el tiempo y el cabello.
    Abrazote!
    Marcela

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